El que sean tiburones que viven en aguas poco profundas y accesibles contribuye a que esté en declive. Además, tienen uno de los ciclos reproductivos más lentos de entre los elasmobranquios, ya que tienen entre una y dos crías cada dos años. Como resultado, la habilidad de la población para superar la presión de la pesca es muy baja. Esto hace también que su tasa anual de crecimiento sea muy baja y que se recuperen a ritmo muy lento.
CAZA: La caza ha ocasionado el declive de su población, tanto por el resultado de la pesca como de la persecución, ya que por su fiero aspecto se confunde con especies de tiburones más peligrosas. Son fácilmente capturados por las pesquerías por su hábito de formar grandes agregaciones en la época de cría en zonas específicas y en una época específica.
En el pasado se les cazaba de manera abusiva en Australia, como práctica entre los buceadores.
ALIMENTO: En la alimentación se le aprovecha como carne fresca, congelada, ahumada, y secada para el consumo humano. También se le usa para hacer harina de pescado, aceite de hígado (en los siglos XVIII y XIX fueron perseguidos para obtener principalmente aceite de su hígado, que luego usaban como combustible para hacer luz), y se aprovechan sus aletas y su piel para hacer cuero. Se le captura como alimento principalmente en Japón.
REDES PESCA: A veces caen accidentalmente en redes de pesca comercial. La principal amenaza actual para esta especie en el sureste de Australia es probablemente la accidental (captura incidental), ya que los pescadores deportivos capturan accidentalmente a sus juveniles.
PRESAS: En ocasiones los tiburones jóvenes son alimento de otros tiburones.
PROTECCIÓN A LOS BAÑISTAS: En algunas playas donde suelen llegar estos y otros tiburones se ponen mallas para proteger a los bañistas. En estas a veces quedan atrapados algunos tiburones por lo que consiste también en una amenaza aunque menor. También se ha comprobado una disminución de las capturas en mallas, lo que ayuda a ver que hay menos tiburones que antes.
TURISMO: Debido a que se suelen congregar en zonas poco profundas y a que normalmente van a los mismos sitios, muchas veces los buzos van a esas zonas a verlos. Pero esta costumbre ha despertado preocupación (recientemente en Sudáfrica) ya que las perturbaciones de los buceadores pueden ser perjudiciales para los patrones de comportamiento de los mismos, y podrían llegar a alejarse de refugios clave para su protección para evitar a las personas.
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