lunes, 3 de agosto de 2015

Oncilla (Leopardus tigrinus)

Se le encuentra en América del Sur, desde Costa Rica hasta el norte de Argentina. Más concretamente los países en los que se le puede encontrar en mayor o menor presencia son: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, ecuador, Guayana Francesa, Panamá, Perú, Surinam, Venezuela, Bolivia.
CAZA: La oncilla ha sido cazada por su piel durante décadas, a raíz de la disminución del comercio del ocelote. Aunque este apogeo de la caza cesó, aún hay caza ilegal localizada sobretodo relacionada con el comercio para mascota. Su piel fue usada en la época de las tigrilladas, las cuales surtieron los mercados de la moda de pieles de Norteamérica y Europa en la década de los sesenta y setenta. Para que veamos un ejemple extremo, en 1971 fueron requisadas 28.000 pieles en depósitos en el Brasil (sólo entre el 5 y 10% de este tipo de tráfico es decomisado y descubierto, con lo cual el volumen sería mucho mayor). En ocasiones ataca aves de corral lo que también lo convierte en objeto de persecución y cacería.

PÉRDIDA DE HÁBITAT: La supervivencia de este felino está amenazada por la pérdida de hábitat y presas silvestres, principalmente causada por agricultura y ganadería. Las carreteras fragmentan su hábitat y hacen que las poblaciones se separen.

MASCOTA ILEGAL: En la actualidad es el felino más comúnmente tenido ilegalmente en cautiverio como mascota. Tenemos que ser muy conscientes de que no se trata de un gato que podamos tener en casa. Nunca ha convivido con el hombre y por lo tanto este no es su lugar y no se va a adaptar bien.

CAMBIO EN LAS POBLACIONES NATIVAS: podría representar otra potencial amenaza que no está clara.

HIBRIDACIÓN: Es mala para las especies implicadas.

COMPETENCIA CON EL OCELOTE: Las poblaciones en las áreas protegidas también son de pequeñas densidades debido al impacto de las mayores poblaciones de ocelote con el que compite por los recursos. 

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